Ilustración identificativa especie Delfín del Plata, Pontoporia blainvillei png

Otros nombres:

Franciscana

Delfín de Río

Toninha

Cachimbo

Inglés: La Plata River Dolphin

La franciscana o delfín del Plata (Pontoporia blainvillei) es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Pontoporiidae. Es un delfín de río propio del gran estuario del Río de la Plata y las costas del Océano Atlántico en Sudamérica, siendo la única especie de la familia que puede vivir indistintamente en aguas dulces o saladas.

Los investigadores consideran que es un delfín de río. Pero el Delfín del Plata o Franciscana vive en agua de mar. ¿Están confundidos? No, pero este misterioso delfín desafía hasta las clasificaciones simplistas. Tiene todas las características externas y algunas internas de los delfines de río. Para entenderlo, hay que volver al pasado.

El origen de la vida fue en el mar —recordó el investigador—. Por lo tanto, los delfines más primitivos fueron ancestros de los actuales delfines marinos. Entre esos ancestros marinos, algunos colonizaron el agua dulce y dieron origen a los actuales delfines de río, como el boto del Amazonas, el baiji o lipotes de la China o el Platanista de la India y Pakistán.

En cambio, «el ancestro del Delfín del Plata o Franciscana es como que se quedó en el medio. No llegó a colonizar el agua dulce». Su nombre de género es Pontoporia, que hace referencia a la palabra «poros» en griego. Su nombre significaría un poro en el mar, algo que comunica lo marino con el agua dulce.

Pontoporia blainvillei es la única especie en su género. Fue descrita por primera vez por Paul Gervais y Alcide d’Orbigny en 1844, y fue llamado blainvillei en alusión al zoólogo francés Henri Marie Ducrotay de Blainville.

La Franciscana es uno de los cetáceos más pequeños, pero en relación con su cuerpo, tiene el pico más largo que cualquier otra especie de delfín – casi 15% de su longitud total y con más de 240 dientes. Si bien es muy similar en apariencia a los delfines de río, puede ser encontrado en varios estuarios a lo largo de su rango de distribución, pero no en el cauce de ríos verdaderos como sus primos cercanos. Vive predominantemente en agua salada poco profunda y a menudo es visto muy cerca de costa. Aunque algunos estudios morfológicos sugieren dos formas diferentes en base en el tamaño corporal (los del norte son más grandes que los del sur).

La Franciscana es un delfín delgado con un pico muy largo, fino y una frente marcada y redondeada. Presenta ojos pequeños bien desarrollados. La aleta dorsal curvada hacia atrás es baja y redondeada con una base amplia y las aletas pectorales son amplias y grandes, de aspecto espatulado y terminan en extremos ondulados debido a la presencia de «falanges». La aleta caudal es extremadamente amplia, ocupando hasta 1/3 de la longitud total del cuerpo. La coloración del cuerpo es pardo-grisácea en el dorso con un manto levemente más oscuro, de ahí su nombre asociado con el hábito de los monjes franciscanos, mientras que la región ventral y los flancos laterales bajos son de un gris-amarillento más pálido. Como vive en aguas turbias, sus ojos son muy pequeños y de visión reducida, pero ha desarrollado un increíble sistema de ecolocalización ubicado en su cabeza. Es un animal realmente extraño y hermoso a la vez.

Al menos en parte de su rango de distribución la Franciscana puede ser confundida con el Tucuxi, pero posee un pico más largo y una aleta dorsal más redondeada, por lo que podría ser fácilmente distinguible.

El Delfín del Plata o franciscana mide aproximadamente 1,3 – 1,7 metros y pesa entre 30 – 53 kg.

Su expectativa de vida es de 20 años.

Las hembras maduran sexualmente a los dos años de vida, más jóvenes que antes que maduraban a los cinco años. Probablemente eso ocurra como consecuencia de que son ellas las que más mueren durante la actividad pesquera artesanal. Tienen una cría solamente después de un período de gestación de once meses. Las crías miden unos 70 centímetros al nacer y suelen ser amamantadas durante cuatro meses, antes de pasar a alimentarse de peces, calamares, pulpitos y camarones.

Estos delfines se reproducen durante la primavera y el verano, las estaciones del año durante las cuales, se cree, se acercan más a la costa. Es en ese momento cuando corren mayores riesgos: «Su época de reproducción coincide con la temporada fuerte de la pesca costera artesanal. Tiene una baja tasa de natalidad apenas una cría cada dos años.

Inspecciones de su dieta han revelado que come cerca de 24 diferentes especies de pescado, además de pulpos, calamares y camarones, de aguas poco profundas en o cerca del fondo marino.

La Franciscana es discreta y difícil de observar en la naturaleza ya que generalmente evita las embarcaciones. Es una especie que se caracteriza por nadar suave y lentamente y raramente salpica agua o gira sobre sí misma y, ciertamente, no es acrobática. Al respirar el pico puede romper la superficie del agua en un ángulo muy pequeño y tiende a mostrar muy poco de sí­ misma antes de desaparecer nuevamente bajo el agua. Vive en aguas casi del mismo color que su cuerpo. Son animales generalmente solitarios pero pueden ser encontrados en grupos de hasta 15 individuos. Se la encuentra en aguas turbias de menos de 30m de profundidad (entre 6 y 12 m. habitualmente). Es presa de grandes tiburones y Orcas.

El delfín franciscana o del Plata se distribuye por la costa atlántica del sudeste de Sudamérica, siendo la parte más importante de su área de distribución el estuario del río de la Plata. Se distribuye por el trópico de Capricornio cerca de Ubatuba, Brasil, hasta el sur hasta la Península Valdés, Argentina. Es el único miembro del grupo de los delfines de río que vive también en agua salada, como la de los estuarios y el océano, además de en agua dulce, lo que indica la gran tolerancia de la especie a los cambios de hábitat. Aunque algunos miembros vagan constantemente, pasando periodos de tiempo en ríos y en el mar, otros jamás se aventuran al mar, pasando toda su vida en ríos.

Esta especie ha sido impactada por operaciones pesqueras en gran variedad de formas ya que no sólo es la mayor amenaza el enmallamiento incidental en redes de pesca, sino que las pesquerías en sí mismas capturan muchas de sus especies de presa y, debido al arrastre del bentos, destruyen hábitat vital para la especie. Por su parte, la mortalidad inducida por pesquerías se cree no sostenible y por lo tanto los impactos acumulativos son una mayor preocupación.

Un hecho anecdótico que llamaba mucho la atención sobre esta especie, era la forma en que aparecían los cadáveres de los animales ahogados en las redes de pesca en los que aparecían líneas paralelas de heridas que parecían producidas por dientes, pero cuyo origen era difícil de identificar.

Delfín del Plata, Pontoporia blainvillei 04

En una filmación de seguridad en una plataforma de investigación, a principio de los años 1990 se encontró la respuesta. Los animales que no habían caído en las mallas intentaban rescatar a los capturados. Las líneas eran literalmente mordidas arrastradas al nadar tratando de auxiliar al prisionero.

El Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata revelaron que casi el 30 por ciento de los delfines franciscana capturados accidentalmente en el estuario del Río de la Plata presentaban residuos de plásticos en sus estómagos.

El fenómeno fue publicado por la revista científica Marine Pollution Bulletin, donde se especificó que el 28 por ciento de 106 delfines franciscana capturados accidentalmente y examinados por científicos argentinos tenían trozos de plástico de distinto tipo en sus estómagos.

Los materiales más abundantes identificados fueron restos de envases, aunque también constataron fragmentos de materiales de pesca, envolturas de cigarrillos y galletitas, entre otros productos.

Los plásticos y los materiales sintéticos son dos tipos de desechos marinos que con mayor frecuencia afectan la vida y la salud de diferentes especies animales que habitan en los océanos y estuarios.

Algunos de esos materiales provienen del turismo costero y de las aguas residuales que transporta la contaminación urbana. Otro tipo de materiales plásticos presentes en esas aguas están asociados a la actividad pesquera y a los desperdicios que eliminan los buques comerciales, de transporte y turísticos.

La investigación determinó que la ingestión de elementos plásticos en los delfines analizados fue mayor en zonas de estuario que en las zonas marinas. Los delfines de la Bahía Samborombón presentaron el mayor porcentaje de frecuencia de plásticos, posiblemente vinculados a la proximidad de las grandes ciudades de Buenos Aires, La Plata y Montevideo, así como a la descarga de desechos varios sobre la cuenca del Río de la Plata por más de 14 millones de personas, las industrias y el descarte de la intensa actividad pesquera de la región.

A su vez, en esa zona se acumula una gran cantidad de basura marina producto de un frente de masas de aguas.

Según el relato del primer autor del estudio, Pablo Denuncio, la basura marina afecta de dos maneras principales a los organismos: por efecto mecánico del enredo en las redes de pesca y demás elementos de mediano y gran tamaño; y por ingesta accidental de basura marina.

En el trabajo fueron evaluados los efectos mecánicos de obstrucción producidos por los materiales plásticos en el tracto digestivo dando como resultado que las obstrucciones parecerían no ser importantes dado que se trató en su mayoría de piezas plásticas de pequeño tamaño.
Sin embargo se desconocen los efectos causados por la contaminación química producto de la despolimerización del plástico ingerido.

Asimismo todos los delfines que presentaron restos plásticos en sus contenidos gástricos tenían también alimentos comunes a su dieta como estructuras sólidas remanentes de peces , calamares y pulpos (picos o mandíbulas) y diferentes estructuras de crustáceos.

La conservación de la Franciscana es un tema que atrae la atención internacional, y con motivo de ello numerosas organizaciones apoyan activamente acciones para su conservación.

La Franciscana produce preocupación, particularmente en la comunidad científica debido a lo reducido de su área de distribución y su gran predisposición al atrapamiento accidental en las artes de pesca, donde un gran número de individuos perecen al ser capturados en las redes. Aunque el mayor número de capturas documentadas se produjo en la década de 1970 en Uruguay, las muertes accidentales en décadas recientes han aumentado en el sur de Brasil y Argentina. Científicos de los tres países han manifestado su preocupación por el futuro de la especie, para intentar implicar a los gobiernos y a la comunidad donde se distribuye, en estudios para trazar un plan de conservación del delfín.

Comparativa tamaño humano y Delfín del Plata, Pontoporia blainvillei

Comparativo tamaño  con humano

Mapa de la distribución y hábitat de la especie Delfín del Plata, Pontoporia blainvillei

Mapa de distribución

Rango longitud: 1,3 – 1,7 m

Rango peso: 30 – 53 kg

Esperanza media de vida : 20 años