Otros nombres:
Delfín nariz de botella
Delfín hocico de botella
Tonina común
Tursión truncado
Bufeo
Inglés:
Bottlenoise dolphin
Common bottlenose dolphin
El Delfín mular es el mejor conocido de todos los delfines, posiblemente por su frecuente aparición en televisión y en películas y su popularidad en la industria del cautiverio. Fue una de las primeras especies (y continúa siendo la más popular) en ser capturada regularmente con fines de exhibición pública y por la armada de EE.UU. para «investigación». Los delfines mulares son muy inteligentes, predadores adaptables, capaces de resolver problemas, utilizar herramientas y exhibir cierta flexibilidad en términos de sus presas. Su boca curvada se asemeja a una amistosa y permanente sonrisa.
Hasta hace poco, todos los Delfines mulares eran clasificados en una misma especie, Tursiops truncatus. Sin embargo, recientemente se reconoció una especie diferente en la región del Indo-Pacífico, Tursiops aduncus. Y otra en Australia en 2014 el Tursiops australis. Como resultado de esto, actualmente se reconocen tres especies de Delfín mular; el «común» (T. truncatus), el «Indo-Pacífico» (T. aduncus) y el Delfín burrunan (T. australis). Sumado a esto, la población del Mar Negro es reconocida como una subespecie separada, T. truncatus ponticus, el Delfín mular del Mar Negro.
El delfín mular tiene una gran variabilidad en lo que se refiere a tamaño, forma y color, según la región geográfica en la que vive; de hecho, es probable que incluya varias especies distintas
Miden entre 1,5 y 4 metros, y su peso oscila entre 130 y 650 Kg. No existen diferencias reseñables entre hembras y machos, aunque el macho alcanza mayores proporciones.
El tamaño y apariencia de los delfines mulares es muy variable entre individuos y también entre diferentes poblaciones. Generalmente es un delfín grande, robusto y fornido y bajo la mayoría de las condiciones de iluminación parece de un gris uniforme. Sin embargo, su coloración es bastante compleja, en realidad es gris oscura, algunas veces gris azulada o amarronada, con un manto dorsal más oscuro, siendo la parte inferior de los flancos más pálida con una sutil franja que corre desde el ojo a la aleta pectoral y el vientre más claro. Tiene un pico corto y robusto, separado del melón por un pliegue, la aleta dorsal es alta y falcada, las pectorales son largas, esbeltas y terminadas en punta y la caudal es puntiaguda. Por debajo el delfín mular es blanco con tonalidades rosadas. En algunos individuos aparecen manchas oscuras en el vientre o pálidas en el hocico, o bien líneas claras en el dorso y los costados.
En áreas en las que puede encontrarse más de una población, las mismas están separadas en tipos: costero y de mar abierto, siendo generalmente los ejemplares costeros más pequeños. Pueden ser confundidos fácilmente con el Delfín mular del Indo-Pacífico y con el Delfín burrunan, en donde sus rangos de distribución se solapan, también con los jóvenes de Delfines manchados, Delfines de hocico estrecho y delfines del género Sotalia. La correcta identificación es, algunas veces, un proceso de eliminación.
Los delfines mulares hembra viven cerca de 40 años; la vida más agotadora de los machos toma al parecer su precio, y viven raramente más de 30 años.
En cuanto a la reproducción, el delfín mular, que es la especie mejor estudiada, alcanza la madurez sexual entre los 5 y los 12 años en las hembras, y entre los 9 y los 13 años en los machos.
Viendo la región ventral de los delfines podemos comprobar el sexo del animal. Los machos tienen dos aberturas longitudinales siendo la más cercana a la cola el ano y la siguiente la cavidad genital. Las hembras tienen las mismas aberturas pero están más cercanas entre sí, prácticamente no se aprecia distanciamiento alguno, y a cada lado de la cavidad genital podemos ver dos pequeños pliegues que son donde se ocultan las mamas.
La fecha de inicio de la época reproductora varía de unas regiones a otras, aunque en primavera se dan picos más altos.
El acoplamiento se realiza cuando el delfín macho curva su cola bajo el vientre de la hembra, introduciendo su sexo en la cavidad genital de ella. Es fácil encontrar en éstos animales pequeñas cicatrices producidas por los roces en los momentos de juego amoroso, siendo algunas de estas mordidas muy características.
Las crías nacen en verano, tras 11 o 12 meses de gestación, con cerca de 1 m. de longitud y entre 10 y 15 kg. La pigmentación es muy diversa, yendo del color plateado con motas hasta casi completamente negros.
Durante el parto las demás hembras permanecen cerca y pendientes de todo movimiento, prestas a dar su ayuda si fuera necesario; a estas acuáticas comadronas se las denomina tías. El cordón umbilical se rompe al acabar el parto y la recién nacida criatura será ayudada por su madre y otras hembras a ganar la superficie para poder realizar sus primeras inspiraciones y la cría es capaz de nadar y respirar pocos minutos después del nacimiento. Durante una semana será seguida muy de cerca por su madre, al objeto de evitar cualquier posibilidad de accidente.
El pequeño delfín es amamantado durante 20 meses. Conseguirá su leche presionando las cavidades donde se encuentran las mamas, provocando las terminales nerviosas para que se envíe un chorro de leche materna dentro de la boca del pequeño delfín.
Después de 6 ó 7 meses la cría alterna su amamantamiento con los primeros bocados. Una vez destetado, continúa al lado de la madre, quien le enseña las técnicas para la búsqueda del alimento. Hasta los dos años de edad no tendrá independencia, estando siempre en ese período bajo la vigilancia de su madre, nadando cerca de ella y aprovechando las ventajas hidrodinámicas que le brinda el cuerpo de su progenitora.
Tienen numerosos dientes en mandíbula superior e inferior, pero no son utilizados para masticar. Sujetan y tragan su alimento entero.
Posee una dieta muy variada: merluzas, besugos, caballas, pulpos, calamares y gambas, entre otros muchos animales marinos. Nada al lado de los barcos a la espera de los desperdicios de la pesca. Los delfines mulares localizan a sus presas mediante el experto uso de la ecolocalización. Pueden emitir hasta 1.000 sonidos chasqueantes por segundo. Estos sonidos se desplazan bajo el agua hasta que impactan contra objetos y vuelven rebotados al delfín emisor, revelando la posición, tamaño y forma del objetivo.
Los delfines mulares son extremadamente curiosos y juguetones, muy sociables y activos en superficie. Se puede observárlos frecuentemente realizando golpes de aleta caudal, saltando, realizando espionajes, nadando en la proa de las embarcaciones y de las grandes ballenas y jugando con peces, algas o basura oceánica. Se lo puede encontrar frecuentemente en grupos pequeños asociándose con otras especies de delfines, ballenas e incluso tiburones y tortugas marinas. Se los ha observado cooperando con pescadores locales arreando peces hasta la costa hacia las redes. En ocasiones, determinados ejemplares se separan del resto y nadan solitariamente.
Pueden alcanzar velocidades impresionantes hasta 50 Km/hora y una velocidad «crucero» de 25 a 30 Km/hora. . Emergen a menudo para respirar, normalmente dos o tres veces por minuto. Son excelentes nadadores y buceadores; llegan a bajar más de 600 m. pero normalmente no sobrepasan los 30 m. El tiempo de apnea depende de la actividad que esté realizando pero pueden llegar a los 20 minutos en un estado de relajación total.
Se ha observado a delfines mulares saltando hasta 5 m. por encima del agua, cayendo sobre la espalda o costado con un gran chapuzón.
Duermen de tres a cuatro horas en un ciclo diario, normalmente de noche, mostrando una continua actividad en el resto del período, ya sea jugando, cazando o simplemente desplazándose de un lugar a otro. Son tremendamente solidarios, y no suelen abandonar a un compañero herido o enfermo; en caso de ataque de un depredador mayor, dispondrán tácticas defensivas en equipo para evitar tal agresión.
Se han realizado numerosas investigaciones sobre la inteligencia del delfín mular, el examen de la mímica, el uso de lenguaje artificial, objeto categorización, y auto-reconocimiento. Pueden utilizar herramientas (esponja) y transmitir conocimiento cultural a través de generaciones. Han sido entrenados por los militares para localizar minas marinas o detectar y marcar buzos enemigos. Los delfines mulares tienen la mayor proporción de la masa cerebral cuerpo de cualquier mamífero en la Tierra y está dotado de alta inteligencia y gran inteligencia emocional.
Los delfines mulares se comunican con los movimientos del cuerpo y con los sonidos, que producen con seis sacos de aire cerca de su espiráculo (carecen de cuerdas vocales). Cada animal tiene un sonido característico de firma con el cual se identifica ante los demás. Otras aplicaciones de la comunicación cerca de 30 sonidos distinguibles, por supuesto no existe una laringe.
Podemos observar la situación de los ojos en la cara de los delfines, ambos están a uno y otro lado de la cara lo que les impide ver de frente, en el agua, a partir de 60 metros carecemos de luz. También tienen vista aguda y poseen un “tapetum lucidum”, una ayuda que se encuentra en el ojo de los animales carnívoros, como el gato, que cazan de noche y precisan tener buena visión en condiciones de escasa luminosidad. Por el contrario, su sentido del olfato es muy pobre.
Estos increíbles cetáceos utilizan una técnica de sonar para poder «ver» a través de sus oídos. Continuamente están emitiendo sonidos, sonidos de alta frecuencia, si el sonido choca contra un objeto, grupo de peces, etc., éste rebotará y será captado por el sistema auditivo del delfín, según la dirección y potencia de éstas señales, sabrá si se trata de una roca, una embarcación, o un apetitoso cardumen de sardinas.
El sistema de comunicación de estos animales, es realmente complejo. La emisión de sonidos, también llamados «clics», se mueven entre una banda de 18.000 a 150.000 Hertzios, con una media de 30 clics por segundo, pudiendo llegar alcanzar más de mil; mientras el sonido devuelto sea más agudo, la imagen será más clara. Los clics provienen de unas bolsas de aire situadas bajo el espiráculo y son el resultado de vibraciones de los bordes de su orificio nasal. Un órgano llamado melón formado por una grasa semi-líquida es el encargado de emitir estos sonidos hacia delante, a modo de proyector; así mismo las resonancias recibidas son conducidas hasta el oído interno a través de un canal aceitoso situado en la mandíbula inferior, y de ahí al cerebro medio inferior y córtex cerebral, donde se interpretará la información.
Estos animales utilizan este sistema de comunicación, no sólo para cazar sino también para conocer a sus congéneres, detectar depredadores, orientarse en el mar, etc. Pese a que cada vez se tiene más claro el funcionamiento del «sonar», todavía hay investigadores y trabajos a efectos de conocer más el sistema de captación y emisión de estos sonidos.
El Delfín mular tiene una distribución amplia y puede ser encontrado en aguas costeras y de la plataforma continental en zonas tropicales y templadas. Encontrado en la mayoría de los mares cerrados y semicerrados, por ejemplo el Mar Negro y el Mediterráneo, también frecuenta bocas de ríos, lagunas y bahías poco profundas. Desafortunadamente, esta especie tiene una alta tasa de mortalidad accidental por bycatch (captura incidental). Otras amenazas para este delfín incluyen la captura directa en Japón y otros países, la contaminación química y sonora y la degradación del hábitat. En algunos países aún es capturado vivo y exportado para exhibición pública. Muchos delfines mulares costeros existen en poblaciones pequeñas relativamente aisladas y estos grupos pueden ser especialmente vulnerables a las actividades humanas. Por ejemplo, sólo queda una población residente en el Mar del Norte, el Delfín mular del Mar Negro y está en peligro de extinción.
Población estimada 600.000 delfines mulares.