El canal eléctrico

La electrorrecepción

La electrorrecepción, el séptimo sentido de los delfines

  • Al menos una especie puede detectar los campos eléctricos de sus presas
  • Sienten la electricidad con los agujeros de sus bigotes situados en el morro
  • Es la primera vez que esta habilidad se demuestra en un ‘mamífero verdadero’

Un delfín sudamericano (Sotalia guianensis) es uno de los pocos mamíferos que se percata de la presencia de una presa por su campo eléctrico, según científicos alemanes.

Los investigadores tenían curiosidad por saber la función de pequeñas depresiones en la parte superior del pico del delfín.

Estas depresiones -conocidas como criptas- tienen bigotes cuando el delfín está en el útero de la madre, y posteriormente se caen y que se derivan de los bigotes de los animales ancestrales.

Sin embargo, parecería que las criptas tenían algo que ver con la capacidad sensorial del animal. Y demostraron que podían detectar campos eléctricos en el agua y campos magnéticos de sus presas. Son sus órganos ‘electro-sensoriales’.

Electrolocación

No son tan sensitivos como los tiburones o las mantas, pero pueden detectar señales similares a las que se producen en el agua cuando un pez se mueve.

La electrorrecepción es bastante común en peces y anfibios, pero hasta ahora era desconocido en los mamíferos, excepto por el ornitorrinco.

Este delfín se alimenta en el fondo del mar y habita en aguas donde puede haber mucho cieno y lodo suspendido. La ecolocación no funciona en un rango corto, y es ahí donde resulta útil la electrolocación.

Los científicos sospechan que todos los delfines e incluso algunas ballenas tienen esta capacidad extraordinaria.

Sentido Magnético

Hay pruebas que demuestran que muchos organismos tienen la facultad de recibir información sensorial del campo magnético de la Tierra para orientarse, esto también está presente en algunas especies de cetáceos. En el ambiente marino los puntos fijos que pudieran usarse como referencia para navegar son escasos, por lo que la adquisición de un sistema de navegación basado en el campo magnético de la tierra sería de gran importancia para los cetáceos -de la misma forma que la invención de la brújula lo es para los marineros-. Normalmente las líneas de fuerza del campo magnético natural van de norte a sur con una densidad uniforme. Sin embargo, en determinados lugares el campo se distorsiona a causa de cierto tipo de formaciones geológicas (por ejemplo, zonas ricas en hierro). Estas distorsiones se llaman anomalías geomagnéticas. Se supone que los varamientos masivos de cetáceos son resultado de graves errores de navegación cometidos mientras utilizaban su sentido magnético para orientarse. Quizás se trate de una facultad sensorial que en los cetáceos aún no se ha desarrollado completamente.